La Magia De Los Mercados Navideños En Alemania

La primera vez que escuché sobre los mercados navideños fue en mi clase de alemán. En la clase se hizo popular el término “Glühwein” el cual fue descrito por el maestro como un ponche de frutas combinado con alcohol y que es muy común encontrar en los mercados de navidad en Alemania para contrarrestar el frío. Además de esto, nos mencionó que este «ponche» era servido en unas tazas características en cada mercado.

En 2012 tuve la fortuna de realizar mi primer viaje a Alemania en época de invierno por lo que fué posible visitar distintos mercados navideños en diferentes ciudades. En ese entonces, una de mis compañeras de la clase de alemán estaba muy al pendiente de mi viaje y le prometí llevarle un recuerdo de Alemania.

Más adelante, fui recorriendo los mercados en ciudades como Frankfurt, Munich, Berlin y Dresden. Algo que caracterizaba estos mercados era que se organizaban en las zonas comerciales y peatonales más transitadas de las ciudades.

Hasta hoy sigue estando en mi memoria la visita al mercado de navidad en Munich. Al bajar del metro en la estación «Marienplatz» y acercarme a las escaleras eléctricas para ascender a la calle ya llegaba a mi nariz el olor a dulce muy particular de un mercado de navidad. Conforme iba subiendo por la escalera mis sentidos comenzaban a agudizarse y percibir el ambiente del mercado.

Al salir de las escaleras, lo primero que observé fue que la plaza estaba repleta de pequeños locales con iluminación muy bonita y principalmente vendiendo comida, accesorios, entre muchas otras cosas. Nunca había visto nada similar. Fue una sensación de júbilo ya que era una combinación entre frío invernal, música y voces de la calle, olores fascinantes y la sensación de descrubrir algo que solo había escuchado en mi clase de alemán. En otras palabras, me lo habían contado y el cuento se había vuelto realidad.

A pesar de que cada visita a los mercados era en una ciudad distinta, había muchas similitudes y la diferencia principal era la cantidad de puestos navideños, el tamaño del árbol de navidad representativo del mercado o los adornos a su alrededor. Una de las cosas que no dejé escapar fue probar el «Glühwein» en cada mercado y al recordar que mi compañera de la clase esperaba un recuerdo decidí llevarme una de las tazas por las cuales había pagado un depósito pero no me importaba dejarlo para poder cumplir con esa promesa. Por cierto, probar «Glühwein» con tanto frío ¡De verdad funciona!

De esta experiencia puedo resumir que fue algo contrastante con las celebraciones de navidad que hay en mi país (México). Aunque hay lugares que pueden parecerse al mercado de navidad, la forma y el estilo de los mercados alemanes sin duda fueron algo único e inolvidable en mi viaje a Alemania. Visitarlos fue una experiencia mágica.

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